lunes, 5 de noviembre de 2012

Sanatorio de Argamonte


Debería caérseme la cara de vergüenza por dejar abandonada a la indefensa criatura que es este blog, pero la verdad es que últimamente ando bastante liado en diferentes temas, así que me podría medio disculpar por ello, pero bueno, pienso yo que no hay mejor disculpa para con vosotros, ávidos lectores y contigo, mi pequeño rinconcito de Internet, que el hacer una entrada nueva tras tanto tiempo. Así que sin más preámbulos peloteros, procedo a iniciar la redacción de una nueva visita de una compañera y yo a cierto hospital abandonado.

El Sanatorio Antituberculoso de Agramonte, situado a las faldas del Moncayo, era un centro especializado en el tratamiento de enfermedades pulmonares que se fundó COMO TAL allá por el 1939. Y remarco el
"COMO TAL" porque lo que no se suele saber es que, anteriormente en el 1930, este edificio había sido construido con la intención de ser un lugar de descanso para las familias adineradas de la época. El motivo de su cese funcional como centro de vacaciones queda un poco en el aire, pero existen diferentes versiones de lo que pudio llevar a esto.
La primera y más sencilla es que al inicio de la Guerra Civil, por motivos obvios como la llamada a las armas o la necesidad de permanecer en lugares protegidos, dejó de funcionar como refugio de paz y quedó abandonado a su suerte. Pero existe otra versión algo más truculenta y morbosa: Según parece, esta otra historia (desconocemos cual es la real) habla de que precisamente con el inicio de la guerra, el lugar fue asaltado y tanto los trabajadores como los alojados fueron asesinados, torturados  incluso violados, de ahí que el lugar quedase relegado al olvido por el mal recuerdo y no fuera hasta 1939 que se recuperó el edificio para darle la mencionada función final de sanatorio antituberculoso.
Este... "Cambio de aires", vino de parte de las Hermanas de la caridad de Santa Ana, que un año antes de inicar la década de los 40, recuperaron el edificio para convertirlo en un lugar donde, debido al sano aire de montaña y los tratamientos aplicados, la gente iba recuperarse de esta enfermedad que tan temible era por aquel entonces.
Al principio solo se atendían a mujeres y niños, pero con el paso del tiempo se permitió también la presencia de hombres en el lugar. Las monjas cumplieron el cometido de atender a los enfermos durante años, hasta que finalmente en 1978, posiblemente debido a que la seguridad social comenzó a cubrir el tratamiento de esta enfermedad, el lugar quedó relegado al olvido y el abandono.

Vista general desde el tejado de uno de los edificios anexos, fuente aquí

Una vez explicado el pasado del lugar podemos ir al presente, es curioso como tras unos pocos años, el sanatorio que había permanecido más o menos en silencio para el resto del mundo, recobró cierto protagonismo a raíz de algunos hechos paranormales que supuestamente se dieron en él. De hecho en los primeros reportajes donde se mostraba el lugar allá por el 2000 y poco, se apreciaba aun como su fachada permanecía blanca e incluso había objetos y mobiliario en el interior. Pero tras poco tiempo de visitas de indeseables y gente que buscaba "reliquias" de allí o incluso chatarra, el interior y la mencionada fachada terminaron repletas de grafitis estúpidos y el mobiliario terminó por desaparecer.
Esto por desgracia es algo normal cuando se trata de estos lugares, mientras no son muy conocidos no hay problema, pero en cuanto se comienzan a hacer famosos, son visitados por gente con buena intención por supuesto, pero por desgracia los idiotas descerebrados que se dedican a destrozarlos también son muy abundantes. Quejas aparte al menos el lugar sigue ahí para poder visitarlo, aunque no es muy seguro, pues se encuentra en un estado bastante lamentable.

Ejemplo del estado del tejado

Y hablando ya de la visita en sí, hay que decir que la primera sensación que sentimos al llegar a la puerta del edificio fue de satisfacción, pues en principio Y.G. y yo, que éramos los dos únicos que en aquella primera ocasión íbamos a visitar al lugar, nos habíamos colado por no saber muy bien donde estaba el sanatorio y acabamos subiendo por la sinuosa carretera hasta lo alto del Moncayo (Cosa que tampoco fue en vano, pues las vistas son impresionantes)

FOTOSUBIDAMONCAYO

Como digo, una vez llegamos al lugar lo primero fue la alegría de encontrarlo al fin, lo que se mostraba ante nosotros, era la imagen fantasmal de un edificio blanco pulcro en tiempos, que nos recibió en absoluto silencio. Algún aviso de derrumbe y la prohibición explícita de pasar, me sacaron de toda duda sobre que no era ni recomendable, ni quizás legal, entrar al complejo; pero de todas maneras nos introducimos en las entrañas del monstruo.

Los mencionados avisos

Como siempre lo primero en lo que me fijo al llegar a estos lugares, es en las sensaciones que transmiten. Al principio en el sanatorio la atmósfera que predominaba era de total tranquilidad, el sonido de nuestros pasos y voces, era lo único que rompía el silencio sepulcral que se extendía invisible a lo largo de las estancias. Fuimos explorando las diferentes instalaciones sin ningún orden concreto, ya que tampoco teníamos ni idea de los planos internos, la verdad es que es un sitio bastante grande, con varias plantas y gran cantidad de habitaciones para los enfermos (anteriormente para los alojados), así como toda una serie de equipaciones básicas.

Esta era una de las cocinas, aun se distingue la campana extractora

Uno de los baños "a la antigua"

Pero entre todos los lugares que visitamos, finalmente dimos con uno que si producía cierto... "repelús" podríamos decir. De hecho es en este punto donde se han dado algunos de los fenómenos paranormales que le han dado fama al sanatorio.

El pasillo


Este pasillo, ha sido protagonista de algunas de las fotos con anomalías que más han lanzado la reputación de maldito que tiene este lugar. Personalmente solo conozco algunas de las que fueron mostradas en este programa de cuarto milenio; aunque por lo visto también se habló de él en el (se podría decir por fortuna) desaparecido programa de telecinco TNT.

Foto del programa TNT. Fuente: clic aquí

Sinceramente en esta última solo acierto a ver las típicas motas de polvo o humedad iluminadas por el flash, cosa que habitualmente se da en los lugares abandonados cuando el tiempo ha sido o demasiado seco, o demasiado húmedo; en días intermedios no suelen presentarse con tanta asiduidad.
De todos modos, lo que sí es cierto es que al entrar en aquel corredor arcado, la sensación que le invade a uno es como de opresión, como si aquel lugar tuviera una fuerte presencia. No puedo descartar que fuera algo de sugestión por lo que sabía anteriormente del lugar, pero es extraño que en el resto del edificio, donde también se han dado anomalías, no llegase a notar nada raro.

Siguiendo con el paseo  nos topamos con unas escaleras, las cuales, como el resto del edificio, tenían un interesante aire de película de terror. Lógicamente nos lanzamos a ellas para bajarlas y ver que cosas nuevas nos mostraban. Cual fue nuestra sorpresa al descubrir, que en la planta inferior, había lo que imagino serían parte de las calderas del lugar. Esto tampoco sería algo muy especial, si no fuera por el aspecto de las mismas; mejor os lo enseño.


Esos dos "monstruitos", situados uno al lado del otro, reciben a los visitantes que se aventuran a descender por aquellas escaleras, no sé si con la boca abierta del susto o de la impresión. El laberinto de tuberías que se pueden ver en la pared de al lado, indican que, en efecto, estas calderas eran las que distribuían la llamada agua sanitaria (agua caliente dicho de forma finolis), por parte del edificio.

Parte del "laberinto"

Y digo parte porque, precisamente en esa segunda visita, de la que luego hablaremos, fue en la que descubrimos "el agujero". Después de dar varias vueltas más, terminamos por volver a Zaragoza con una sensación de satisfacción y ganas de volver otra vez.

Sanatorio de Agramonte: The return


Y tras esta peliculera presentación, hablaremos sobre la segunda vez que volvimos al lugar Y.G. y yo, esta vez acompañados de dos personas más: O.C y S.B.
Como suele pasar en las 2ª visitas, descubrimos un par de cosas nuevas. Por ejemplo, y para empezar,  Lo más interesante  fue darnos cuenta de un edificio al que la anterior vez no le prestamos mucha atención, era una capilla.


No se diferencia muy bien, pero ese arco del fondo sería la parte donde se habría situado el altar, y como suele pasar en estos edificios, a los lados había dos alas que le darían cierta forma de cruz. Algo que nos llamó la atención, es que en uno de los laterales, había un colchón (Aunque con un aspecto bastante... insalubre)

Mejor no lo tocamos, por si las moscas, garrapatas, pulgas, chinches, ladillas, etc.

De todos modos, no llegamos a ver claras señales de que estuviera alguien viviendo, al menos en principio, pues al terminar de revisar el antiguamente consagrado edificio... Descubrimos un hueco semi-oculto. El mencionado hjueco, que lo podríamos denominar como "el agujero", era un estrecho pasillo que conducía a otra sala de calderas:


En este lugar, tb vimos otro colchón, pero algo más nos llamó la atención:


Al lado, había restos de que se hubiera hecho una hoguera. No sabemos si hacía mucho tiempo que aquel lugar estaba vacío, pero claramente, alguien lo había usado como refugio. Sinceramente a mi no me preocupó demasiado el asunto, nunca he tenido problemas de encontrarme a alguien durmiendo en alguno de los lugares que visito; respecto a los otros, pues la verdad es que no sé como se lo tomaron ;-P.
Finalmente tras enseñarles los lugares que anteriormente habíamos visto, procedimos aponer la grabadora en un par de sitios que me parecieron adecuados. El primero: En el pasillo de los arcos, donde, como he dicho, parecían concentrarse la mayoría de sucesos. Y el segundo, en el horno crematorio que había en un edificio anexo.

No tiene muy buena cara... ;-P


Respecto a este horno, os puedo contar que, según parece, se utilizaba para deshacerse del material sanitario usado o antiguo; tipo sábanas, ropas, colchones. Pese a que algunas personas han dicho que incluso se llegó a incinerar gente en él, esto es prácticamente imposible por el reducido tamaño. Hay que pensar que en algunos tipos de enfermedad pulmonar, se llega a expulsar sangre infectada con la tos. Por ello, en algunas ocasiones, no era suficiente con lavar bien la prenda.
Los resultados obtenidos fueron como siempre nulos -_-', aparte de los típicos clicks y sonidos de ambiente, que yo NUNCA he considerado como psicofonías, pues no registré nada.

Poco más os puedo contar sobre estas visitas, fue interesante verlo, y no me importaría volver, porque como me suele pasar, voy tan centrado en hacer fotos y pruebas, que ni me doy cuenta de por donde paso y por donde no ;-P Además ni R.L ni A.M. lo han visto aun, y le tienen ganas, así que seguro volveremos. Como siempre, deciros que si vais a visitar el lugar, tened cuidado con el estado del edificio, y desearos suerte en vuestra búsqueda.

J De Sae.

(album completo, aquí)